Para ser considerado como autónomo económicamente dependiente es necesario que hagas una actividad económica o profesional como persona física, de forma habitual, que se ejecute directa y principalmente para una persona física o jurídica denominada cliente, y que dependa económicamente de este cliente porque perciba de él, como mínimo, un 75% de sus ingresos por rendimientos del trabajo y de actividades económicas o profesionales.