El juicio o procedimiento monitorio es un tipo de procedimiento judicial pensado para la reclamación de deudas dinerarias de forma ágil y rápida, sin necesidad de abogado ni de procurador.

Para poder acceder al procedimiento monitorio la deuda debe ser líquida (determinada o determinable numéricamente), vencida (ha llegado el día en que debía pagarse) y exigible (el deudor está obligado a pagarla).

La principal ventaja del procedimiento monitorio es que únicamente será necesaria la celebración de una vista o comparecencia ante el juez si el deudor se opone a la reclamación presentada. Si no lo hace ni paga la deuda reclamada el procedimiento finaliza automáticamente mediante resolución que permitirá al demandante acudir directamente a la ejecución forzosa.