El próximo 1 de julio entra en vigor la nueva normativa comunitaria, a efectos del IVA, relativa a la localización de las ventas electrónicas (e-commerce). Esta reforma, que ya se aplazó seis meses por causa de la crisis sanitaria, tiene las siguientes características:

  • Se suprimirá la actual exención de IVA para las importaciones de paquetes de escaso valor (inferior a 22 euros), con el fin de evitar la ventaja fiscal, especialmente de los productos procedentes de Asia.
  • Se extiende el sistema denominado “ventanilla única” a las ventas a distancia intracomunitarias, para evitar que el vendedor tenga que darse de alta en cada país en el que realiza estas ventas, y se establecerá un umbral mínimo homogéneo de 10.000 euros, aplicado al total de ventas intracomunitarias a distancia, más servicios intracomunitarios de telecomunicaciones, prestados por el contribuyente a consumidores finales. Por debajo de este límite, las ventas a distancia podrán continuar tributando en el país de origen, siempre y cuando el vendedor esté establecido en un solo estado miembro de la UE. En otras palabras, cualquier empresa que facture más de 10.000 euros en ventas realizadas a consumidores de otros estados miembros tendrá que facturar con el tipo de IVA correspondiente al estado donde se encuentra el consumidor, con la consiguiente necesidad de averiguar qué tipo de IVA se aplica a cada bien en cada estado miembro.
  • Las plataformas digitales o marketplaces tendrán la responsabilidad de recaudar el IVA de la venta a distancia de bienes importados de territorios extracomunitarios. En caso de que el valor de la mercancía importada no exceda de 150 euros, el exportador podrá optar entre transferir la recaudación del IVA a los operadores postales, transportistas urgentes y agentes de aduanas, o bien emplear una “ventanilla única de importación”.

Si bien se trata de una reforma de muy limitado alcance material, sí que tendrá un profundo calado para aquellas empresas que se dedican al comercio electrónico internacional, pues requerirá que adapten su datos, procesos y sistemas para este nuevo régimen, y precisarán de un asesoramiento personalizado al respecto.

 

 

 

 

 

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